Guillermo y Emilio siguen juntos y ahora trabajan en un club de San Isidro, en donde se encargan del mantenimiento de las instalaciones con la misma ineficacia que siempre.
Allí coinciden con muchos millonarios y eso hace que sueñen con serlo, sobre todo porque están enamorados de Ana y de Victoria, dos chicas de la alta sociedad que están fuera de su alcance.
Se consuelan pensando que algún día serán millonarios, pero la realidad les da en plena cara cuando los despiden del club porque ni siquiera son capaces de limpiar las instalaciones.
No saben qué hacer, así que se van a Mar del Plata a buscar suerte y trabajo, aunque en realidad han elegido ese destino porque allí están de vacaciones Ana y Victoria, las dos chicas con las que se van a encontrar como de casualidad intentando acercarse a ellas aunque saben que es imposible porque son de clases sociales muy distintas.