En 1950, cinco años después de la II Guerra Mundial, la Guerra Fría está en su momento álgido.
Katya es una espía que trabaja para los Estados Unidos, a la cual le asignan la que quizá sea la misión más importante y complicada de su carrera.
Tendrá que acercarse a Alexander, una de las promesas más jóvenes del gobierno ruso para obtener de él toda la información que pueda.
Sin darse cuenta, Katya termina enamorándose de él, algo que no se puede permitir, aunque a veces el amor es más fuerte incluso que el deber.
Así, Katya hará algo que se convertirá para ella en un enorme sacrificio, más teniendo en cuenta que rechaza por completo el comunismo, una ideología de la cual Alexander es uno de los máximos exponentes.
Alexander no sabe nada, pero se entera de todo lo ocurrido treinta años más tarde, cuando comprenderá muchas de las cosas que ocurrieron con Katya en aquellos años.