Rod es un chico muy responsable, tanto que es incapaz de decir mentiras a los adultos.
Por eso, cuando su maestra se da cuenta de que no ha hecho los deberes y le pregunta por ellos, a Rod no le queda más remedio que decir lo que ha pasado en realidad, que los extraterrestres se los han comido en lo que parece una variación de la clásica excusa de “los deberes se los ha comido el perro”.
Nadie cree al pobre Rod, pero lo cierto es que lo que cuenta sobre los alienígenas y sus deberes es cierto. Todos se ríen de él, pero Rod no está enfadado porque el que no lo crean le ha quitado un peso de encima.
Rod ya había jurado a los alienígenas no decir nada de su llegada, pero debido a que no miente tuvo que romper la promesa con la maestra, una promesa que ahora puede mantener para ayudar a los extraterrestres en su misión.
En serio, ¿a alguien le parece que puede ser interesante?