Abbie y Sam se conocen desde que los dos tenían ocho años y enseguida quedó claro que estaban destinados a estar juntos, a casarse y formar una familia.
Al crecer los dos comenzaron a salir y no tardaron mucho en prometerse, así que se preparan para casarse y para formar una familia, que es lo que siempre han querido.
Sin embargo, parece que todos sus planes, aquellos que llevan haciendo desde niños, se van a truncar al cruzarse la muerte en su camino, una circunstancia de la que ninguno podemos escapar.
Abbie hace lo posible para que Sam no se vaya, pero pese a los esfuerzos que ella está haciendo, parece que Sam está empeñado en dejar este mundo a pesar del amor que siente por Abbie.
Parece que ha aparecido un amigo de Sam, uno un tanto misterioso, que es el que lo lleva por el camino de la muerte, un camino que él nunca habría elegido por sí mismo.