Usando técnicas modernas los científicos han conseguido mantener en coma a King Kong durante diez años, pero ahora hay un problema y para que el gigante no muera hay que hacerle una transfusión de sangre.
Eso supone un enorme problema, pues no hay animal conocido que tenga una sangre similar, por lo que Hans Mitchell caza a Lady Kong en la isla de Borneo, una hembra de la misma especie.
Cuando la transfusión hecha King Kong se despierta y en cuanto siente la presencia de la hembra la busca y huye con ella al bosque, por lo que comienza una cacería.
Por suerte para los dos animales, la doctora Franklin no está dispuesta a que lo capturen de nuevo. Ella se ha dedicado al cuidado de King Kong durante diez años y cree que ya es hora de que el animal quede libre, algo para lo que tendrá la ayuda de Hans Mitchell, que parece arrepentido de haber cazado a Lady Kong.