Nos vamos a la Argentina de finales de los años sesenta y ahí nos presentan al Mayor Molina, al que envían a investigar a la Patagonia por la muerte de un soldado.
El mayor enseguida se da cuenta de que es como si el clima se hubiese introducido en los oficiales, que son muy rigurosos y crueles, hasta el punto de que ellos son los culpables del asesinato.
La causa además es ridícula. Uno de los compañeros del fallecido lo drogó, por lo que no pudo ir a unas maniobras nocturnas. Eso provocó tal enfado de los oficiales que lo mataron a golpes, un crimen que Molina quiere que paguen.
Sin embargo, justo en plena investigación ocurre el golpe de Estado y los militares se hacen con el poder, por lo que todo queda en suspenso. No será hasta muchos años después, con la vuelta de la democracia, cuando Molina intente terminar el trabajo que empezó hace tanto tiempo.
