Jim y Linda llevan ya un tiempo juntos por lo creen que es una buena comenzar un proyecto en común, vivir en la misma casa. Por eso se van a Fairfield, un pequeño pueblo en el que compran una mansión de estilo victoriano.
Para celebrar su nueva vida en común y para conocer a los vecinos deciden dar una fiesta a la cual acude Brandon, un vecino que es aficionado al ocultismo y que aprovecha que están en una mansión antigua para iniciar a los asistentes en el juego de la Ouija.
Los asistentes consiguen contactar con David, un niño que lleva muerto mucho tiempo, un pequeño con el cual Linda se obsesiona. De hecho, a partir de ese día Linda no puede dejar de usar la Ouija.
Eso hace que poco a poco se distancie de Jim, además de comenzar a volverse loca, pues la Ouija es un juego peligroso que puede perturbar la mente de cualquiera.